Repasamos siete datos relevantes acerca del momento del desayuno que probablemente desconocías, desde su origen a algunos mitos y beneficios fundamentales de ponerlo en práctica.
Ciudad de México, 28 de abril (TICbeat/SinEmbargo).– Desayunar equivale a comenzar el día con energía, dosificar la sensación de apetito a lo largo del día, regular la ingesta calórica o evitar momentos de somnolencia o picoteo entre horas. Pero además de esta beneficio energético, ignoramos numerosos datos acerca del desayuno, mal llamado la comida más importante del día.
Desde Kaiku Sin Lactosa, la gama de lácteos ligeros y digestivos nos desmontan este mito y nos aportan siete curiosidades más que no deberíamos pasar por alto sobre la primera comida del día y las múltiples ventajas que acarrea para tu salud, tanto física como mental.
7 DATOS CLAVE QUE NO SABÍAS
Una invención reciente: Según explica la historiadora americana Abigail Carroll el desayuno tal y como lo conocemos puede situarse en la segunda mitad del siglo XIX. Antes, la primera comida del día se asemejaba más a la cena o a un almuerzo, incluyendo alimentos como la carne. Debido a las indigestiones por estas comidas fuertes comenzó la transición hacia el modelo actual de desayuno.
Gracias a él comes mejor el resto del día: Diversos estudios demuestran que las personas que apuestan por un desayuno completo y saludable -desdeñando el consumo de azúcares y carbohidratos de rápida absorción- también comen más sano durante el resto del día. El organismo está surtido de nutrientes y de este modo, no acontece el fenómeno conocido como stress-eating, equivalente a comer con ansiedad.
Pero no es la comida más importante del día: Este falso mito ha calado fuerte en el inconsciente colectivo de la sociedad actual. Expertos nutricionistas han desvelado que todas las comidas, preparadas de forma saludable y consciente, son importantes y además, desempeñan distintas funciones durante el transcurso del día. Mientras que el desayuno activa el cuerpo durante la mañana, la comida representa el aporte energético central de la jornada y la cena es la puesta a punto para el descanso y la relajación. Comer aperitivos saludables a media mañana contribuye al equilibrio y a la regulación del hambre.
La proporción del desayuno perfecto: Según el presidente de la Fundación Española de Nutrición, esta comida debe suponer el 25 por ciento de las necesidades energéticas diarias e incluir cuatro grupos de alimentos básicos: cereales, leche o yogures, frutas y el último grupo en el que encajan alimentos como frutos secos, huevos, tomate, aceite de oliva e incluso legumbres o pescado.
Desayunar te hace más productivo: Comer los citados grupos de alimentos de forma equilibrada es fundamental para optimizar el rango de atención y aumentar la capacidad cognitiva, la concentración y el buen desempeño laboral. La horquilla horaria entre 9 y 11 puede convertirse en una de las más productivas del día cuando está precedida del desayuno propicio.
Yogur, el gran aliado: Según el New York Times en la década de los ochenta comenzó el boom del yogur a primera hora gracias a la popularidad de los yogures desnatados. Estos lácteos pueden desempeñar una triple función beneficiosa: mejoran la digestión, refuerzan el sistema inmune y contribuyen a la sensación de saciedad necesaria, evitando picoteos insanos.